viernes, 9 de agosto de 2013

¿Qué hay realmente detrás del caso Bárcenas?

El escándalo Bárcenas
 
A principios de año estalló el escándalo Bárcenas. La primera noticia, publicada por El Mundo, anunciaba que el ex-tesorero de PP, Luis Bárcenas, conocido por el sobrenombre de Luis el Cabrón, y que ya había sido imputado en relación con el Caso Gurtel, una oscura y poco conocida trama de financiación ilegal y cobro de comisiones por parte del Partido Popular, había entregado sobresueldos a miembros del partido.
 
Una vez puesto en el punto de mira, y bajo la acusación de haber distribuido sobres con retribuciones no declaradas en el partido, obviamente todos los miembros del partido lo niegan. Es especialmente conocido el lacónico "no me consta" de mariano Rajoy.
 
Pero unos días después, el diario El País publica unos manuscritos que asocia con una contabilidad B del PP, en la cual aparecen donaciones al partido por un lado, que se distribuyen entre diferentes miembros por el otro.

El escándalo es mayúsculo, y nadie en el partido da explicaciones válidas al respecto. La credibilidad sobre esa contabilidad B aumenta gracias a las mentiras e inexactitudes que se muestran en el PP. Primero se niega que esos papeles fueran ciertos, mientras algunos miembros del PP como Jaime Del Burgo o Pío García Escudero reconocían y justificaban la recepción de sobres del partido por la cantidad recogida en esa contabilidad.
 
El asegurar primero que Luis Bárcenas había sido expulsado del partido años antes, mientras había seguido en nómina hasta este año, manteniendo despacho incluso en la sede de Génova, las balbuceantes explicaciones de María Dolores de Cospedal y del propio Mariano Rajoy daban credibilidad a la tesis de que algo de verdad existía en el caso Bárcenas.
 
A esto se une la aparición de una fortuna inmensa en paraísos fiscales que en parte había blanqueado el propio gobierno mediante la ley de amnistía fiscal, que primero negó el Ministro de Hacienda, el señor Montoro, y que luego tuvo que reconocer, siempre con matices.
 
La insistencia sobre este caso de corrupción ha motivado situaciones rocambolescas, como las declaraciones de Carlos Floriano, Alfonso Alonso o la mismísima Secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, y ha motivado una comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a dar explicaciones en el Congreso de los Diputados, que se limitaron al discurso del partido, "yo no sé nada, me equivoqué al confiar en esa persona", y es "esa persona" porque los dirigentes del Partido Popular además de Apalabrados en sus flamantes tablets, practican el conocido juego del Tabú, donde Bárcenas es la palabra prohibida.
 
Veracidad del Caso Bárcenas
 
Una cosa es la enfarragosa instrucción penal, que llevará años y seguramente se perderá por recovecos judiciales, como el resto de casos de corrupción de este país, y seguramente acabará perdiéndose en la memoria colectiva de la gente apartada por otros temas de actualidad.
 
Otra cosa son las insuficientes explicaciones que ha ofrecido el Partido Popular para defenderse de las graves acusaciones que se les han lanzado, y el ambiente de ambigüedad en el que se han movido sus dirigentes, sin que nadie dentro del partido haya sido capaz de dar una explicación convincente, más bien al contrario, cada vez que han intentado explicar el tema han dejado más dudas de las que han resuelto, y más cuando algunos de los que se señalan en los mencionados papeles de la contabilidad B han reconocido los hechos.

Pero la pregunta es: ¿Puede ser cierto que el Partido Popular se financiara de forma irregular y que fuera Luis Bárcenas el encargado de hacerlo, correspondiendo la fortuna acumulada por Bárcenas a los fondos recaudados por el PP mediante donaciones no declaradas y provenientes de sobornos?
 
Pues todo indica a que es así. Luis Bárcenas acumula en diferentes cuentas casi 50 MM de euros, escrito con todos sus números, 50.000.000 €, lo que supone 8.320.000.000 de las antiguas pesetas. Es una cifra asombrosa, y que inicialmente el propio Bárcenas trató de justificar autotildándose como un gran empresario.
 
Sin embargo, en cuanto se ha empezado a rascar dentro de esa fortuna, se ha visto que no procede de esos negocios, y que prácticamente la totalidad de los ingresos provienen de ingresos en metálico que el propio Luis Bárcenas ha realizado en cuentas situadas en paraísos fiscales.
 
¿De dónde proviene ese dinero? Si los negocios y empresas de Bárcenas han sido incapaces de crear esa fortuna de forma legal, tiene que provenir de fuentes ilegales, no queda otra opción.
 
Descartando las fuentes ilegales de creación de dinero, prostitución, tráfico humano, tráfico de drogas y delincuencia en general, ya que el perfil de Luis Bárcenas no se corresponde con esa tipología de delincuentes, no queda otra explicación para la fortuna que atesoraba que el que proviniera de donaciones, que se lo hubieran regalado.
 
¿Tan buena persona era Luis, apodado el Cabrón, para que acumulara en regalos y donaciones la friolera de 50 MM de €? No parece creíble, a no ser que quien hiciera esa donación esperara algo a cambio. Y por el volumen de las donaciones, no parece que fuera un sólo donante, sino muchos. Y estos si donaban ese dinero era porque corporativamente recibían favores.
 
El tipo de favores que pretendían eran obviamente adjudicaciones de obras o servicios. Y claramente Luis Bárcenas, tesorero del Partido Popular, no era la persona adecuada para corresponder a esos favores, sino que tenía que ser necesariamente el partido el que dirigiera a sus miembros para realizar esas adjudicaciones.
 
La explicación más obvia, más clara y más lógica, por no decir la única posible, es que había donantes anónimos del Partido Popular que entregaban cantidades importantes de dinero a Luis Bárcenas, como testaferro del partido, y que éste se encargaba de distribuir entre otros miembros en forma de sobresueldos, que como provenían de ingresos no declarados, obviamente se entregaban en sobres y sin declarar.
 
Y esta es la única explicación, ya que tan solo el Partido Popular era capaz de satisfacer los favores que se perseguían con esas donaciones, y tan sólo satisfaciendo esos favores era posible que prosiguieran las donaciones y por tanto, acumular semejante fortuna, que no pertenece a Luis Bárcenas, a pesar de estar a su nombre, sino al Partido Popular, del que Luis Bárcenas es tan solo su testaferro.
 
Las causas del escándalo
 
El escándalo Bárcenas se irá diluyendo judicialmente lo mismo que otros casos de corrupción como el caso Gurtel, FILESA, el de los EREs de Andalucía, en complicados vericuetos legales que lo enturbiarán, donde no aparecerán culpables, y donde algún cabeza de turco pagará los platos rotos, aunque será rápidamente restaurado por el gobierno de turno mediante alguna reducción de condena o incluso indulto.
 
Pero dentro del caso Bárcenas han aparecido datos que parecen indicar que todo ha sido preparado. Se han dado los datos con cuentagotas, esperando una reacción del Partido Popular para al poco tiempo anularla con nuevos datos.
 
Además, gran parte de los posibles delitos que aparecen dentro del caso han prescrito, por los años en los que se ha publicado la supuesta contabilidad B del PP, donde apenas aparecen ciertos implicados.
 
Da la sensación de que alguien al margen de Bárcenas está manejando la información para dañar la imagen del partido popular, dándose una cosa curiosa. No se está dañando tanto la imagen del Partido Popular como la de algunos de sus miembros. La campaña no parece estar dirigida hacia el partido en sí, sino más bien hacia los miembros del gobierno.
 
El PP se desgasta en intención de voto, pero no tanto como el PSOE. En las circunstancias de crisis en las que nos encontramos pesan como una losa los últimos años del gobierno de Zapatero y su actuación en la crisis, tanto que incluso su líder, el otrora brillante Rubalcaba se muestra timorato y asustadizo, como si no quisiera coger la responsabilidad de tomar las riendas del país en estos tiempos de crisis.
 
Por tanto, podemos descartar claramente al PSOE como el responsable de destapar y manejar el caso Bárcenas. Así mismo, el resto de los partidos políticos no tienen capacidad para gestionar este escándalo, ya que nunca obtendrían una cuota de votos suficientes como para gobernar.
 
¿De donde viene el escándalo entonces? Pues lo más lógico es pensar que viene de dentro, de sectores del partido que quieren más cuotas de poder y quitar de en medio a Mariano Rajoy. Saben que hoy una dimisión del presidente y una convocatoria de elecciones podría aupar al poder a un sector distinto del partido, y que el ganar las elecciones es un hecho más que posible, por la amplia y holgada mayoría de la que aún disfrutan y por el mal hacer del PSOE.
 
Se podría concluir que la filtración interesada de los papeles de Bárcenas obedece a una estrategia para retirar a Rajoy y a su dirección dentro del partido y que otro ocupara su puesto.
 
Los sectores del PP.
 
Dentro del Partido Popular hay tres sectores claramente diferenciados, pero que al encontrarse integrados en el partido se disimulan y esconden sin que aparezcan visibles.
 
El conglomerado de la derecha agrupa a un sector tradicionalista católico ultraconservador, a un sector patriota obsesionado por la unidad de España y a un sector neoliberal, que basa su ideología en los mercados.
 
Los dos primeros sectores son endémicos en España, desde tiempos anteriores a la guerra civil. Es más, son los que se aliaron en aquella época para apoyar el golpe de estado que nos llevó a una guerra civil. El tercer sector es más nuevo dentro del partido, pero corresponde a empresarios sin escrúpulos que se han enriquecido gracias a la burbuja inmobiliaria, a la banca y al sector energético.
 
Por las acciones que está llevando el gobierno en los dos años que lleva de gobierno, el sector que capitanea Mariano Rajoy parece que se corresponde con el católico ultraconservador. La presencia de la iglesia asiduamente en el ente público RTVE, el conocido fervor religioso de algunos de sus ministros como Fernández Díaz o Fátima Bañez, así como acciones para modificar leyes o aplicación de servicios sanitarios en contra de colectivos estigmatizados por la Iglesia como el de los homosexuales, o contra el aborto así lo indican.
 
Sin embargo, movimientos como el denominado Café Party o los correspondientes al legado de Aznar, que en su día mezclaban adecuadamente a los dos sectores restantes no aparecen representados en ese gobierno y podrían ser los que están detrás de este escándalo.
 
Mientras los miembros del gobierno agonizaban intentando dar explicaciones de forma por cierto bastante mediocre, ha habido dos miembros del partido que aún siendo sospechosos de estar implicados en la trama, y los dos casualmente retirados de la política activa, que han sabido dosificar sus intervenciones, y cada una de ellas ha hecho más daño al gobierno que las emprendidas por la oposición.
 
Y esas dos personas han sido Esperanza Aguirre, un miembro destacado del denominado Café Party, y José María Aznar, que lideró un estilo de gobierno completamente distinto al de Mariano Rajoy, más dinámico, ultraliberal, que en época de vacas gordas supo crear crecimiento, aunque basado en la burbuja inmobiliaria, algo que los actuales, más lentos, más lerdos, no son capaces de hacer.

Aguirre se ha autoerigido como el baluarte inmaculado frente a la corrupción mientras Aznar ha dosificado sus apariciones, la más sonada en una entrevista en Antena 3.
 
La estrategia
 
La estrategia seguida es perfecta. Han elegido la víctima perfecta. Saben fehacientemente que si cae María Dolores de Cospedal dentro del partido, caerá Mariano Rajoy en el Gobierno. Cospedal es el nexo de unión de Rajoy con el partido. Colocar en su puesto a alguien que no sea de la cuerda de Rajoy lo dejará aislado en el partido y por tanto en el gobierno.
 
Y al sacar el escándalo sabían perfectamente que una mujer con el carácter y la altivez de Cospedal no podría quedarse callada, y que su soberbia acabaría volviéndose en su contra, como así ha sido. Con el paso del tiempo, el azote de la oposición, de periodistas díscolos, de todo aquel que osara contradecirla se ha convertido en una caricatura.
 
Sus explicaciones sobre el finiquito en diferido y otras lindezas han servido para desprestigiarla. A esto hay que sumar que una vez que ha dejado el frente de batalla, ni Alfonso Alonso, mediocre comunicador, ni Carlos Floriano, un chiste en sí mismo, ni González Pons, tan soberbio como poco creíble, han sabido tomar las riendas del escándalo, y mucho menos el propio Mariano Rajoy, ya no mediocre, sino nulo comunicador.
 
Aunque Rajoy ha retirado a Cospedal de la primera línea, sigue siendo la clave de su posición en el partido, y ese eslabón que le une al poder ha quedado muy debilitado.
 
Y ahora están apareciendo los extraños negocios de su marido, por lo que es de esperar que en septiembre haya un ataque ya claro contra ella. Lo que no sabemos es cuanto aguantará, aunque después de lo mal que ha aguantado los primeros embates de la crisis, es de prever que no será mucho tiempo.
 
Y según se va desgastando el gobierno, van asomando la patita dos miembros del partido, los mencionados Esperanza Aguirre y Aznar, con declaraciones comedidas en el tiempo, con apariciones en televisión, y se van perfilando además los apoyos que reciben, entre los que hay que señalar José Manuel Soria, que a pesar de estar salpicado en diferentes escándalos como cuentas en suiza, se le ha respetado, y aunque con la Reforma Eléctrica ha demostrado ser un mediocre político, su caché no está siendo afectado por el escándalo, o la misma Soraya Sáez de Santamaría, al parecer enemiga acérrima de María Dolores de Cospedal y de la que se ha alejado convenientemente, lo mismo que del escándalo.
 
El futuro
 
Mariano Rajoy, con su flema característica y su estrategia de no dar la cara es capaz de aguantar en el puesto indefinidamente, sobre todo porque dentro del partido se da una situación de desgaste en demasía por el poder. Es quizá por eso, por el no ascenso en las encuestas de la oposición y por no perder cuota de poder en las encuestas que aún no se ha hecho caer al gobierno.
 
Previsiblemente caerá Cospedal en el partido y será sustituida por alguien afín al sector Aznar-Aguirre, y será el momento de preparar la caída de Rajoy. Si se confirma fechacientemente el escándalo Bárcenas, y todo parece indicar que así ocurrirá, la caída de Cospedal debería significar una pérdida de confianza del partido en el gobierno y su caída prematura.
 
Aquí quedan dos posibilidades. La primera, una convocatoria de elecciones, lo que obligaría a actuar a algún peso pesado del partido, quizá José Manuel Soria, presentándose como candidato al gobierno, con un apoyo de Aznar y Aguirre y con un programa populista basado en privatizaciones y en potenciación del eje atlántico de Inglaterra y EEUU frente al centroeuropeo de la odiada Merkel, reducción de impuestos y aumento de la deuda pública para mover la economía, buscando alguna alternativa al ladrillo.
 
La segunda, la fórmula ensayada en Madrid de la sustitución en vida del presidente sin necesidad de elecciones. El candidato ideal podría ser igualmente José Manuel Soria, aunque ahí se abre el abanico de posibilidades a otros candidatos de nuevo cuño, con tiempo para darse a conocer hasta la convocatoria de elecciones.
 
Pero da la impresión de que este escándalo se juega en casa, y que el resto de la oposición son meros espectadores a los que este tema les ha pillado con el pie cambiado, sin estar preparados para un cambio de gobierno, ya que era algo imprevisible con una mayoría absoluta y después de tan solo un año de gobierno.
 
Resumen
 
El resumen de la tesis que manejamos es que el sector Aznar-Aguirre han preparado el escándalo para hacer caer al Gobierno. Bárcenas es un mero testaferro del Partido Popular. El ataque se ha centrado en Cospedal conscientes de que si cae ella, caerá Rajoy dentro del partido, y por tanto el Gobierno.
 
Una vez hagan caer al gobierno, sustituirán a Rajoy, ya sea en el propio gobierno o mediante convocatoria de elecciones, por alguno de su cuerda. El principal candidato es José Manuel Soria.
 
Aunque también hay que tener en cuenta el egocentrismo de los dos candidatos, Aznar y Aguirre, que pueden intentar adoptar un protagonismo superior y dar al traste con sus ambiciones.
 
Y propondrán un cambio importante, que es la reedición del eje atlántico, dando la espalda a una Centroeuropa a la que cada vez más españoles culpan de su situación, y un cambio total en el sistema de gasto público, alejado de la política de austeridad, más populista, y rompedor tanto con el PP actual como con el PSOE de Zapatero.
  
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1 comentario:

  1. A mi la Navaja de Ockham me dice que simplemente el PPSOE es una organización corrupta. Hay que votar pero no al PPSOE, #NoLesVotes

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